viernes, 7 de octubre de 2011

No soy poeta

No soy poeta.
Pero a veces transcribo esas conversaciones en la espalda de la luna
cuando paso a fumar un poco con la mulata de tal,
y jugamos a vestir enanas y domesticar osos,
y planeamos terremotos y erupciones.

No soy poeta.
Lo que pasa es que a veces las palabras asoman por la garganta
y pican sus texturas en el cielo de mi boca
y tengo esa sensación de vomitar conejitos que alguna vez describieron por carta a una señorita en paris.

No soy poeta.
Lo que pasa es que no sé qué hacer en las madrugadas
cuando el cuerpo dice que sí, pero la mente que no
y allí está la computadora con todas sus letras,
y una página virtual en blanco
dispuesta a escuchar mejor que nadie
las canciones de madrugada de mis dedos.

No soy poeta.
Sólo grito en una hoja de papel
cuando las lágrimas se quedan en la garganta
o cuando, por ejemplo,
prefiero maldecirte por escrito.

No soy poeta,
no lo soy.
Sólo, a veces, me indigesto con tanta cosa que considero mierda
y tengo vomitarla,
a pesar de mis buenos modales y costumbres,
públicamente en nombre de mi sanidad mental.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Exquisita forma de expresar el tener algo que decir... es usted una impresionista de su interior! mis congratulaciones Penny Lane

S0y la Que No Buscas dijo...

todo aquel que tiene algo que contar, una pena de amor que desahogar, un luto que escribir y un adiós que ya no se puede callar, se convierte en poeta, al parecer tú eres en conclusión una de esas personas.!

me encantó el post, que andés bien!