viernes, 8 de noviembre de 2013


No merezco que pretendas matarme
el amor es esta guerra que no intento ganarte
mi cuerpo perforado te grita que no tomes mi sangre
beber de mi cadáver no te devolverá el hambre

la espada obsidiana es un regalo que no hemos pedido
es una bendición y una carga
nos despeja el camino pero nos corta la garganta
de un lado hiere al enemigo y del otro lado nos marca

guerrero
nos espera la primera y última batalla
el enemigo es el espejo y la armadura
yo no soy tu reflejo
soy espejismo
no me matés a mí
matate a ti mismo

el dolor que te causo tú lo has elegido
mis armas son para defenderme
a esta altura ya es costumbre resucitarme
cuando mi espada te apunta
termina por traicionarme
ella entiende que soy yo la que debe acabarse

guerrero
no quería ser yo quien te guiara
quien te enseñara el dolor de no poder dominar tus armas
pero debo resistir todas las heridas que me arañas
para dormir escuchando la percusión de tu pecho

no bebas mi sangre
no soy tu reflejo
lámete las heridas
yo quiero seguir floreciendo

yo marchita yo piedra aún no comprendo
por qué mi madre-amor me entregó tu tormento
por qué tu padre-rayo te engendró en mi adentro
por qué podrirme no te quita el aliento

brincas sobre mi tumba
guerrero
celebras tu victoria
yo mañana me levanto y seguiré caminando sola
matarás y matarás hasta que aprendas a morirte
a tu funeral triste lo adornaré con rosas

8 de noviembre 2013

sábado, 2 de noviembre de 2013

La palabra decidió ser canto y abandonar mis dedos
el poema no quiere hablar conmigo hasta hallarme sola

ser sin máscaras
cuerpo sin marketing
vaciada de expectativas
desahuciada de roles
actriz sin libreto
sin quién corra el telón
en el teatro de butacas vacías

sólo entonces la urgencia por existir acudirá al cuaderno
para ser melodía de piano o llanto de arpa
para codificar lo intangible
y desnudarme