lunes, 25 de junio de 2012

salí de la madriguera

mis labios guardan palabras de tierra
mis uñas de piedra
urgen por enterrarse en tu pelaje gris.

A mí también me asusta el eclipse de estrella
y me asusta más la brasa caliente
que me envuelve desde el vientre
y me asusta, conejo,
porque no la apaga,
pero sí que la calma,
la cadencia de tu voz,
la pregunta precisa
y nuestras manos solidarias entrelazadas.

No voy a llamarte
porque allá bajo la tierra
mi voz te suena a trueno.
No voy a cavar,
la tierra ha de parirte
no he de romperla con mi cuchillo
y hacerle cesárea.

Voy a acostarme en el pasto
y verlo crecer
amar el silencio como vos lo amás.
Cuando pinte mejor el mundo
abriré los ojos
si estás pastando a mi lado
qué bueno.
Y si no,
anicca.


6 ajpu

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