Odio tener que socializar a la fuerza.
Me revienta sentirme comprometida y que esperen cosas de mi.
No quiero dar besos nada más porque existe la posibilidad de tenerlos.
No quiero sentirme amada para no sentir la obligación de pagar algo a cambio.
No quiero hablar porque no tengo nada bueno que decir.
Otra vez uno de esos esporádicos ataques de sociopatía.
Otra vez le dio gripe al espíritu.
No puedo entristecer sin hacer escándalo.
A mi silencio le gusta gritar.
1 de marzo 2012/ 6 kan
No hay redención sin ruido
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Dentro de tantas biopics que existen sobre personajes públicos, es difícil
acertar qué es lo que realmente quiere uno como espectador. Y a veces,
contar ...
Hace 2 semanas

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