jueves, 19 de enero de 2012

Se termina el juego



Eran las dos de la mañana, como ahora, cuando Ana abrió los ojos y decidió que ya era suficiente. Tantas veces había amenazado con irse, y ahora sabía que debía partir sin anunciar nada.
Anita dormía a su lado, con esa cara niña de inocente -que antes le encantaba- y que, ahora entendía, era sólo parte de su enfermedad. Odiaba más bien esa falsa inocencia de una mujer que se negaba a darse cuenta que ya había crecido. Esa aparente inocencia, que ahora detestaba con todas sus entrañas, era la máscara que esa mujer se había puesto para no asumir la responsabilidad de los corazones rotos que iba dejando en el camino.
La vio una vez más, la olió profundamente, la abrazo... y como sólo sintió asco se dio cuenta que el hechizo había terminado. Que por fin era libre y que podía irse sin sufrir demasiado por la abstinencia a esa respuesta hormonal - pasional que alguna vez hubo entre ellas.
Sin culpa y sin lástima se levantó de la cama y metió en su mochila solamente lo necesario para empezar nuevamente un viaje que físicamente la alejara de Anita lo más posible, y la llevara al centro de su propio cuerpo para darse cuenta que todo ese tiempo había estado ausente.
Arrancó una hoja de su cuaderno y escribió con letras grandes:

Me voy. Por fin soy libre.

Se quito el anillo del dedo anular, aquel que se pusieron una a la otra cuando todavía no se conocían, y lo dejó sobre la nota como pisapapeles.

Cerró la puerta tras de sí, y sintió una sonrisa enorme naciendo d
esde lo más profundo de su pecho.
-Que se joda- pensó -Ya me voy a encargar yo misma de encontrar otro infierno.

2 comentarios:

S0y la Que No Buscas dijo...

Una decisión por más difícil..
Maravillosos sentimientos los que reflejas en este post..

saludos :)

Hikaru dijo...

Como diría cuando miro/leo/observo algo que me sorprende: ¡Que grueso!.

Me imaginé toda la escena, las emociones, los personajes. Me gusto, definitivamente me gustó.

Que estés bien!.