la muerte es un vaho caliente que me sale por la boca, los
ojos, los oídos
las infinitas punzadas en cada célula de la piel
el dolor que me aprieta los dientes que urgen por
desgranarse de la mazorca
el frío que me hace convulsionar
el ardor que me hace arrancarme la ropa
la náusea que me atraganta
mi matriz vomitando óvulos yertos
esta mucosa rojiblanca que escupo
este delírium tremens
poético
estas ganas de partirme el antebrazo a punta de cuchillo
para dejar salir mi savia que hierve espumosa
liberarme
para dormir bajo la sombra de un árbol
sin pesadillas
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