Hace un año, pequeño barranco,
fue nuestra penúltima batalla.
Esa en la que yo me quedé en la
calle,
con mi closet sobre ruedas,
y vos con una casa la mitad de
vacía.
Aquí te tengo enfrente y somos
tan otras
tan muertas,
tan resucitadas.
Ya no sos la demonia que escupió
mil maldiciones desde el balcón.
Ya no soy la que hizo su casa en
tu vientre.
¿te acordás cuando nos éramos
suficiente?
la vida se llenaba de momentos
como este.
Ir a un mirador y tomar cerveza
oscura
dormir un día entero
volar sobre las nubes
¿cómo fue que terminamos
matándonos?
Los sueños nos duraron tan poco
el deseo nos huyó de las manos
sembramos flores que se
marchitaban demasiado pronto.
Te convertiste en la sombra que
me perseguía en las pesadillas,
yo empuñé mi cuchillo para no
ceder sin dar batalla.
Guerra a muerte
todo o nada.
Encerramos el amor bajo llave
para protegerlo de los monstruos
de nosotras
del terrible suplicio cotidiano de habitar la cama de la enemiga.
Han debido morirse de risa las demonias
blancas
que se colaban cuando había
fiesta
cuando a pesar de todo
declarábamos tregua
y realmente deponíamos las armas.
Efímeros acuerdos de paz que
duraban menos de una semana.
Y hoy nos vemos como si nada de
eso hubiese pasado
nos besamos en memoria de lo que
lo que pudo haber sido y no fue
y estamos cada una donde
queríamos estar juntas
pero cada
una por su lado
acompañadas de quien mejor nos
salvó de la miseria.
Yo me siento con un año de odio
menos
ahora que escucho tus disculpas y
en verdad las siento
ahora que te abrazo y en verdad
te huelo humana.
Vos asesina y protagonista de
tanto poema gótico
vos musa – araña viuda negra
te libero de mis letras y
conjuros
te libero de mis noches de
insomnio
y esta es tu última carta.
Te suelta la entraña porque ya no
sos pasión ni odio,
lo único que me inspira.
Gracias
por haberme abierto las venas
por haberme abierto las venas
redescubrí que lloro mejor con
palabras
que odio mejor con versos
que exorcizo mejor con poesía.
Y ahora sí,
al menos que me traicione la boca,
al menos que me traicione la boca,
al punto final de los finales
no le siguen tres puntos
suspensivos.
2 comentarios:
No hay nada como liberarte de tus demonios....
tanta verdad en tus palabras... llegan a lo profundo del corazón. Describis tan bien lo que se siente cuando se rompe el corazon en estas circunstancias... el amor-odio.
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