sábado, 16 de marzo de 2013



quiero guardarte en un lugar donde mi tristeza no te alcance
donde respirés el aire que me robás cuando apretás mi cuerpo
adentro del pálpito que marca el compás de nuestras palabras
en el pulso que mueve su centro del pecho a la cadera
de la cadera al abismo
tengo infinitos poros donde guardar tu sudor y saliva
tu esencia tibia sobre mi vientre entre mi ombligo
de la nariz para adentro tu olor
tu olor que sostiene el caudal de mis ríos
te puedo guardar también en la garganta
y soltarte sin control
en cada una de las vocales que grito en tu oído
para quedarme allí
en ese caracol que guarda el ritmo de tu vida
el equilibrio que trastoco con mi lengua

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