viernes, 1 de marzo de 2013



reconozco este silencio obligado
mi grito ahogado
mi mano intentando descifrarme
qué pocas letras del alfabeto
cuán finitas las palabras y sus predecibles combinaciones
cómo llamarle poesía a estos versos
oscuridad que me asiste
primeros auxilios al ataque de pánico del alma
sustituto de agua en los ríos secos de mis cuencas

cuánto se supone que debe durar una herida
¿habré cauterizado solamente la superficie
de infectadas pústulas de las esquirlas de tu lengua?

yo soy guerrera
yo soy de piedra
me repito
sólo me corta mi propio cuchillo
sólo supuro lo que ofrendo
me miento
la luz no me atraviesa
postergo
confrontarme lucharme perdonarme
hasta que –demasiado tarde-
una mano me sostiene mientras puede
para no perder  el equilibrio en esta cuerda floja
cuando los remaches ya no sostienen juntos mis pedazos
porque estoy rota
y tú
quisieras verme caminar entera
y yo
quisiera sonreírte con los dientes completos

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