viernes, 16 de marzo de 2012

I

Eran las 6 y 20 de la tarde.
Vi el reloj,
nunca había escuchado a tantos pájaros cantar en la ciudad.
Tuve que abrir completas las ventanas del carro
y dejar salir el hornazo.
-Qué memorable antesala- pensé,
mientras doblaba a la derecha
justo antes de parquear mi carro
y bajar a verte.
II
Dos botellas de vino fueron necesarias
para que las lenguas se entendieran mejor
que tanta indirecta por chat en facebook.
Las manos, las pieles, las narices
el cuerpo entero
son más gatos de madrugada.
Se tocan, se sienten, se huelen,
se unen.
Somos animales.
(es una lástima tener que interrumpirnos para buscar barreras protectoras de nuestros placeres)
Comuniquémonos así
nuestros cuerpos saben mejor qué hacer.
Dame tus pupilas dilatadas frente a mis ojos
te regalo mis maullidos escandalosos.

16 de marzo / 7 b’atz’

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