lunes, 30 de enero de 2012

Después de tus visitas sorpresa

Tengo besos de cajeta
guardados en la lengua para cuando pueda dártelos
ojalá pudiera desnudarte también el cuerpo
y sorprenderte entrando por tu ombligo.

Será el coctel molotov de endorfinas
que me quedan estrellas en los ojos después de verte,
y a pesar que mi boca y lapicero
prefieran poesía sucia y realista
también quedo llenando mi cuaderno con versos cursis
escritos con las peor de las nostalgias.
Ojalá no existieran las convenciones sociales
que me obligan a aceptar que sos ajeno.

Aún no encuentro ninguna farmacia en esta zona
que prepare pastillas para evitarme esta mala costumbre de
soñar
que algún día nos encontramos a solas en la calle
y abordamos el mismo vagón del tranvía
que nos lleve en ruta corta para ir a ocupar terrenos baldíos
al barrio de la alegría.

Ya sé que te gusta ir por los tejados como gato sin dueño,
a mi también me provoca huir de mi cocina cuando está abandonada,
pero me gustaría tener más tiempo
para oler tu cuello y tocar tu oreja
cualquier estrategia que te retenga más de cinco minutos en mis manos,
hacerte ronronear como sé que puedo
y que durmás una noche que no acabe pronto
entre mis piernas.

En fin,
te digo que mi boca será dulce de leche
que seguiré guardando con mis pezones de azúcar
para deshacerse en la tuya.
Aquí en mi corazón voy a seguir reservando
parqueo para tu bicicleta.
Guardaré también
electricidad para el estéreo de mi pelvis
que musicalice nuestro próximo baile primitivo
del rocanrol de los idiotas.

2 comentarios:

S0y la Que No Buscas dijo...

sentí a Sabina en toda esta poesía, me encantó!!

María Mesalina dijo...

Me encantó. Escribes muy bien. =D