miércoles, 29 de junio de 2011

sueños

Podría soportar este duelo si no fuera por el maldito insomnio. Y sobre todo porque he dejado de soñar. Es que Ella escuchaba mis sueños todas las mañanas. No sé si en verdad no estoy soñando, o no quiero recordar. Después de todo abrir los ojos y encontrar su espacio vacío es un insulto. No, el insulto no es que no esté. El insulto es que me haga falta.

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