lunes, 7 de mayo de 2012

mejor para el sol

El sol nos encontró absorbidos en la minuciosa tarea

de despertar cada célula con la yema de los dedos,

la lengua, el aliento y los labios.

Despertar cada pedazo de cuerpo.

Hacer vibrar la no-materia entre cada pálpito.

Despertar cada rincón pero no sucumbir ante un deseo acumulado de años y dimensiones.

Conteniendo la respiración cuando los dedos se topen con la pelvis.

Recorriendo el cuello hasta donde los gemidos lo permitan.

Echándole agua a la braza que promete convertirse en orgasmo.

Hacer el amor desde la piel

vibrar como mi ombligo cuando sintoniza con el centro de la galaxia

no unir nuestros sexos sino unirnos todas.



No sea que nos desintegremos de una vez y para siempre

y nos convirtamos en luz u obscuridad

y quede atrás este envoltorio como testimonio

de nuestra existencia orgánica en este triste mundo.

No sea que hayamos resuelto el destino demasiado pronto

y se extinga este pedazo de paraíso después de dormir

o de morir.

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