lunes, 16 de abril de 2012

Refugio mensual

La lluvia y mi cuerpo te recuerdan
como ese refugio antibombas
como el silencio en el ojo de un huracán
como un bálsamo que hacía sangrar las heridas
un poco menos
un poco más.

Mi piel sabe que tu tacto vino a salvarla de su propia tristeza
y de la inminente posibilidad que se cerrara a las caricias para siempre.

Hemos amanecido,
por casi un año ya,
con nuestros cuerpos sangrantes
bañados con sudor de nube
apretándonos
conteniendo hemorragias
de vez en cuando
de vez en mes.

Quizás por eso
después de cada noche de nuestras noches
amanezco
un poco menos muerta

No hay comentarios: