martes, 16 de agosto de 2011

desapego

en mi mente decidí que era hora de dejarte partir mucho antes de irme de tu vida, pero quién putos le explica al inconciente mis desiciones racionales y tomadas a la fuerza en función de salvar mi alma y mi cuerpo del demonio que te posee
frente al mar en media noche froté un huevo en mis genitales para ver si yemayá hace el favor de romper con los votos que haya hecho esta vagina sobre la tuya
al mar tiré el huevo que quedó turbio. el pobre. también tiré aquella blusa con tus flores favoritas.
al siguiente día me asaltaron los recuerdos, buenos y malos, canciones y besos, cogidas y aventuras, gritos y golpes
y yo tratando de cerrar esta maldita adicción por tu recuerdo. y yo tratando de borrarte de mi cuerpo para siempre. la memoria se niega a aceptar la simbología de mis rituales de media noche. una parte de mí que siempre me sabotea me recuerda que para borrarte del cuerpo te tengo que borrar de más profundo, quizá de mis vidas pasadas, quizá divorciarte de mis propios demonios.
maldita sea. tres meses han pasado y no te olvido. mi inconciente se volvió bipolar contigo. por más que le exijo que ni siquiera entristezca por ti, porque no te lo mereces, esa que me sabotea decide amanecer triste. aún en los brazos de otra. con los besos de esa boca que no busca borrar los tuyos.

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